"Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre"
Paulo Freire

En otro post comentábamos la importancia de la evaluación en el proceso formativo intentando minimizar las patologías de la misma, tal como manifiesta Miguel Angel Santos Guerra.
Comprobar el punto de llegada para luego compararlo con el de partida, sin perder de vista el proceso de aprendizaje, puede ayudar-nos a realizar las mejoras oportunas, en la metodología, en los objetivos, en la forma misma de evaluar.
La evaluación implica medir la realidad, valorando distintos elementos de análisis que nos permitirán emitir un juicio para tomar una decisión. ¡Cuántas veces sólo nos centramos en lo negativo, y no en lo positivo, en lo que podemos potenciar en el alumnado y en nuestra propia metodología como docentes!
Personalmente creo que la evaluación es un proceso importante dentro de cualquier acción formativa, y es que no es un hecho aislado que se da en un momento determinado... La evaluación se convierte en un proceso continuo de aprendizaje si lo que queremos es analizar y mejorar nuestra propia práctica profesional docente. Estar atentos a la evaluación de los aprendizajes del alumnado es un dato más a tener en cuenta en la reflexión de nuestra práctica docente.
En la siguiente infografía podemos sistematizar algunos puntos a tener en cuenta.
Como docentes, tener en cuenta el proceso evaluativo adaptando procedimientos, técnicas e instrumentos que nos permitan medir y valorar distintos tipos de aprendizaje del alumnado también nos aporta reflexión sobre nuestra propia práctica. ¿Nos auto-evaluamos?
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Imagen generada con Wideo |
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